Cuando éramos soldados

Ú

ltimamente me vienen pensamientos nostálgicos, quizás demasiados, tal vez debido a la edad, y a que la vida de una persona cambia conforme se va haciendo mayor y adquiere responsabilidades. Es por ello que cuando repaso a base de flashbacks la trayectoria del MSX y el mundo de los videojuegos e informática en general, me doy cuenta de lo que hemos avanzado y ganado, y por otro lado lo que ya forma parte del recuerdo.

A todos más de una vez seguro que nos viene a la cabeza aquellos momentos en los salones recreativos magistralmente plasmado en la película Pixels. O cuando nuestros padres nos regalaron nuestro primer micro o algún hermano mayor se pudo permitir el lujo de comprarlo. Después de aquellos maravillosos años, los salones recreativos fueron desapareciendo poco a poco, en parte por el auge de los ordenadores y consolas. Toda aquella magia empezó a esfumarse, pero la magia continuaba en casa de los que podíamos disfrutar de un ordenador o videoconsola, aunque la evolución y los años también engulleron aquellos ordenadores y videoconsolas de los 80, ya que empezaron a quedarse obsoletos ante los nuevos avances. Parecía ridículo seguir con un MSX, Amstrad, Spectrum, Commodore o una NES o Master System.



Lo curioso fue que entonces, nació casi espontáneamente un movimiento de resistencia que (dicho sea de paso ojalá adquiriéramos en otros ámbitos de la vida) nació de la nada motivado por un sentimiento de glorificación de una etapa en que transmutábamos a nuestras máquinas de turno, dándoles la categoría de seres divinos. La resistencia fue y es bastante amplia en MSX, contándonos aún por algunos pocos centenares de usuarios en todo el mundo, así como de casi todo el resto de plataformas.

En aquel entonces éramos niños o tíos que ya se afeitaban (y no solo queríamos jugar a los Simpson o no nos interesaban). Ahora ya con el paso de los años muchos de nosotros tenemos familia, estamos calvos, barrigones, canosos, o con gafas. Pero el movimiento y sentimiento sigue siendo igual o más fuerte que antaño, aunque con sensaciones diferentes. Sensación marcada por el devenir del tiempo; mas que seamos cada vez más mayores, es el tiempo el que se va reduciendo paulatinamente y suerte en los casos que nos permiten seguir con nuestro hobby y dedicarle ni que sea cinco minutos para escuchar alguna música como estoy haciendo yo ahora con el replayer de Microcabin.



La cuestión de este artículo es simplemente esa, el tiempo. Que sigáis disfrutando hasta que ya no podáis más con este maravilloso hobby y valoréis y estiméis el trabajo de las personas que siguen haciendo posible que esto continúe tirando hacia adelante. Llevamos años escribiendo artículos similares y en todos la tónica es la misma: "Un día esto se acabará". Cierto, por eso mismo me reitero en el disfrutar en la medida de lo posible de este hobby, arte o pasión. Ahora más que nunca me doy cuenta. Cuando antes podía estar una tarde entera jugando o escribiendo varios artículos de una tacada, ahora espero con ganas ese momento libre dentro de mis responsabilidades como padre para poder encender el ordenador y pasar un rato enfrente de él.

No desaprovechéis el tiempo y seguid disfrutando de cada segundo delante de vuestro MSX o ZX, Famicom, C64, etc.