"Se alza el alba. El sudor recorre mi rostro pintado de camuflaje... Llevo más de 15 años sirviendo a mi patria; soy el mejor y más preparado soldado después de años y años de entrenamiento y peligrosas misiones. La luz sale poco a poco, iré avanzando y sin compasión mataré a todos los enemigos, aprovecharé el factor sorpresa y rescataré a los prisioneros. A llegado la hora, es mi momento. ¡Quien arriesga gana!”


Este juego de Alligata de 1986 es uno de esos clásicos que tienen el derecho ganado de estar en esta sección. El juego en sí es bien sencillo: llevamos a un veterano del ejército británico armado con una ametralladora y granadas, y debemos ir sorteando las veintinueve pantallas divididas en ocho fases. Se dispara con la barra espaciadora y si queremos soltar una granada, la dejamos pulsada. Los disparos van en línea recta en las ocho posibles direcciones en las que podemos encarar a nuestro personaje; son rápidos pero acaban cuando chocan contra un elemento sólido: una barricada, un bidón, una trinchera o cualquier otra cosa donde se pueden parapetar nuestros odiosos enemigos. La granada en cambio recorre una distancia mucho más corta simulando la parábola, para así poder llegar detrás de los objetos donde se protegen los enemigos. También tiene un poder de destrucción mayor que nos servirá para destruir trenes, submarinos y otros vehículos militares. Hay que tener cuidado con las granadas ya que podemos morir por las nuestras, así como el enemigo puede morir con las que él mismo lance.



La visión cenital del juego le da emoción y se agradece, dado los pocos títulos de este tipo aparecidos para el sistema. Los gráficos son sencillotes, tanto el protagonista como los enemigos son de un solo color: los enemigos de color negro y nosotros azules usando el mismo gráfico, pero se diferencian muy bien. Aunque sencillos, el resto de gráficos representan con claridad lo que es cada cosa: edificios en ruinas, vías de tren, vallas, etc.

La música solo se escucha en la más que modesta pantalla de inicio, pero vamos, casi mejor ya que se haría cansina si durara todo el tiempo de juego. Los sonidos son muy simples, creo que en exceso pero cumplen su cometido. La verdad es que ni te das cuenta mientras juegas, suficiente tienes con esquivar los disparos y matar al enemigo.

Un detalle que me gustó mucho del juego (y aún me gusta), es el tema del fusilamiento de prisioneros, que aparecen por en medio del campo de batalla como si de una guerra real se tratara. Si consigues matar al ejecutor antes de que este mate al prisionero, nos recompensarán con puntos extras. Who Dares Wins 2 es un juego que os proporcionará (si no lo hizo en su día) un rato muy entretenido.