i buscamos la palabra homebrew, nos aparece esta definición: “término frecuentemente aplicable a videojuegos u otro software realizado por consumidores / usuarios para plataformas de hardware”. La verdad, es que me parece muy buena la acepción, todo debe ser explicado, pero su connotación me parece humillante. Cada vez que veo la palabra homebrew aplicada a una nueva producción para nuestro MSX (u otro ordenador retro) me empieza a picar el cuerpo, siento mareos, y a veces, se me cambia la cara como si estuviese mutando a una especie de ser ávido de venganza.
Sí, me parece muy triste que nos tengamos que acuñar un término que parece que le quita valor al creador. Sí, claro, el primer Apple salió de un garaje (garagebrew); Dinamic programaban desde su “mansión” (mansionbrew), y nuestros msxcreadores lo hacen muy posiblemente en su habitación a altas horas de la noche (bettergotosleepbrew)... Pero es que me pongo a comparar el soft actual del que vivimos en los 80 y se me cae la cara de vergüenza, o si lo pienso en positivo, admiro enormemente a los creadores de hoy. Compañías de entonces (¡oh, sí! COM-PA-ÑÍ-AS, con toda su grandilocuencia) no le llegan ni a la suela de los zapatos de nuestros compatriotas, héroes nocturnos de la noche, que programan para nuestro MSX. Los resultados que alcanzan con sus juegos, utilidades y hard son realmente sobresalientes. Son magníficos, refinados, pulidos, casi perfectos. Me río yo de lo mucho que se hizo en los 80 y me jacto de lo que hacemos en estos tiempos. Los consumidores / usuarios hemos cogido las riendas del MSX tan fuerte, que casi damos miedo. Muchos juegos nuevos (¡y utilidades y hard!) han conseguido por méritos propios el poder mirar por encima del hombro a lo que muchas empresas sacaron al mercado cuando éramos críos. Sí, adelante, podéis ser soberbios, altivos e incluso si os apetece, arrogantes, porque os lo habéis merecido.
Sí, lo sé; siempre estarán las grandes como Konami, Falcom, Micro Cabin y demás... Pero es que ahora están los gigantes con nombre propio que todos conocemos. No hace falta nombrarlos, tú, que estás leyendo esto, ya lo sabes, y de ahora en adelante, cuando veas al lado de sus nombres la inmunda e infame palabra homebrew, ríete, porque ya no les aplica. Ellos son y serán “ultra perfect developers” y hacen, como poco, “divinebrew”.