Hace poco más de un año que después de su magnífico Ghost, Unepic Fran nos regaló en la pasada RU de MSX de Barcelona de enero otro título impresionante. Esta vez el juego apareció en dos versiones, con textos en inglés y en español, y versiones edición limitada y normal que podían adquirirse en el estand de Matra.

Desde luego y nada más iniciar la partida nos vendrá a la mente sin lugar a dudas la legendaria saga de Konami, Metal Gear, pero este Prisoner of War tiene vida propia y no sería justo estar comparándolo constantemente, aunque innegablemente bebe de él y en muchas ocasiones parecerá que estamos en otro episodio más de la saga.

Antes de empezar la partida, en una pequeña demo se nos explica cómo nuestro helicóptero es derribado y nos convertimos en un prisionero de guerra. Después pulsamos espacio o L para introducir passwords y continuar la partida (cuando los consigamos).

En una escena que nos puede recordar a aquella famosa de la fuga de Alcatraz, uno de los vigilantes entra mandándonos levantar. Cuál es su sorpresa al ver que ya no nos encontramos en la celda y da la alarma... Pero sí, estamos escondidos detrás de una caja y comenzamos nuestra huida y periplo por el juego.

Al principio, no disponemos de nada más que de nuestras chapas identificativas que solo sirven para recordarnos quienes somos. Así que empezamos a explorar para conseguir objetos que nos ayuden a seguir avanzando y matar enemigos para ganar experiencia intentando no levantar sospechas. Hay que recordar que como la saga Metal Gear, no nos encontramos ante un juego de acción pura, aunque también la tendremos, sino que se trata de un juego de estrategia y sigilo.

Después de algunos enemigos muertos, conseguiremos una palanca que no será precisamente para reparar una avería, y encontraremos encerrado al Coronel Harris que nos otorgará valiosas pistas y nos dirá que consigamos unos walkies para estar comunicados constantemente. Después de eso buscaremos una cuerda para bajar por el alcantarillado y continuar la aventura a través de las cloacas. En esta primera fase de la aventura, ya nos sentiremos de lleno partícipes de la historia, como si hubiéramos vuelto a Zanziber Land. Una vez con la palanca en el inventario, podremos ir destruyendo todas las cajas que veamos que pueden guardar los preciados botiquines.

Los primeros compases del juego son muy importantes para adaptarnos a su mecánica y no acabar odiándolo, cosa que podría pasar con el jugador de mediana edad (que es buena parte del usuario msxsero), y que suele disponer de poco tiempo para jugar una partida. Esto es debido en parte a que ser heridos penaliza mucho, ya que cualquier disparo es mortal si no tenemos un botiquín. Por más energía que obtengamos al subir de nivel, al recibir un disparo la pérdida de energía no se detiene hasta usar un botiquín, algo que en los primeros compases puede ser crítico. Para colmo, cada vez que seamos descubiertos perderemos toda la experiencia acumulada. Por eso, lo mejor será cada poco salvar la partida obteniendo un password, ya que si morimos continuaremos tal y como estábamos antes de morir. Con esto no quiero desanimar a nadie ni ponerlo como algo estrictamente negativo, aunque las primeras partidas maldecía este sistema. La verdad es que no es de una dificultad tan elevada como sí he visto en muchos otros juegos, sobre todo de la edad de oro, y nos sirve de gran aprendizaje para continuar la aventura más preparados.

Ya en las cloacas, tendremos que buscar y reunir importantes documentos clasificados para saber qué es lo que se está tramando además de seguir recogiendo objetos indispensables, entre ellos tarjetas de acceso a puertas antes inaccesibles o los botiquines que pararán nuestra hemorragia de energía al ser heridos. Llegaremos hasta unas escaleras donde hay una habitación y escucharemos a un soldado comunicándose por teléfono hablando de nosotros, y se activarán las trituradoras de las cloacas antes desconectadas para darnos muerte. Aquí deberemos obtener la plataforma para poder movernos con mayor libertad por las cloacas y evitar las temibles trituradoras. Cuando subamos a la superficie en búsqueda de más objetos y documentos, nos toparemos en una de las pantallas con un perro guardián muy agresivo. La fuerza de nuestras armas no nos servirá ya que es increíblemente rápido, así que deberemos ser inteligentes y retirarnos para ver cómo podemos evitar la confrontación con el can.

Prisoner of War tiene todos los elementos de los Metal Gear, ya que se inspira en la saga directamente y como su creador mismo comentaba, quería hacer un Metal Gear. Una y otra vez veremos guiños constantes y sentiremos un déjà vu continuo. La historia pese a no ser tan rica como en los Metal Gear, es lo suficientemente atractiva para tenernos enganchados.

Gráficamente es igual de bueno que Ghost. Siendo un juego para los MSX de primera generación vuelve a aleccionarnos de aquel saber hacer como ya hicieron Konami, Ponyca, Hal y compañía en su día, y nos demuestra que las limitaciones y la diversión no están reñidas si se es coherente. Los colores están bien elegidos, y me gusta la escala realista que se ha dado entre personajes, edificios y vehículos teniendo en cuenta las limitaciones de estos ordenadores viejos, pero no obsoletos.

De la música no podemos más que decir que ambienta perfectamente el juego y que en cada fase o situación nos hará sentir que disfrutamos verdaderamente de él y que estamos viviendo una auténtica aventura a los mandos de nuestros MSX. Y cómo no, no podía ser de otra manera teniendo a dos mega cracks unidos por una buena causa, como son WYZ y Gryzor87.

La jugabilidad y fluidez del juego son perfectas, si no tenemos en cuenta lo citado anteriormente en cuanto a ser heridos o detectados. Los efectos de sonido están bien elegidos y evidentemente el hecho de poner passwords ha sido un acierto total ya que de otra manera sería un auténtico infierno y prácticamente imposible de terminar la aventura.

El packaging es calidad made in Matra así que sobran las palabras. El manual pese a ser sencillo ha sido resuelto ingeniosamente, ya que si nos fijamos son simplemente unas hojas grapadas en una esquina y parece tener manchurrones por fallo de impresión. Nada más lejos de la realidad, ya que si lo miramos y lo leemos con atención imita a los antiguos manuales militares y órdenes de misiones. Además, contiene algunas ilustraciones que hacen más bonito tener este sencillo manual entre manos y disfrutar de manera más completa si cabe de esta nueva creación de Unepic Fran.

La portada nuevamente vuelve a estar en manos de Sirelion, un ilustrador ya contrastado y deseamos poder seguir deleitándonos con su arte en el futuro.

Esperamos poder disfrutar en 2020 de otro título sorprendente para MSX de Unepic, sea para la generación que sea. Los usuarios de los MSX de primera generación se han visto enormemente recompensados y en los últimos tiempos pueden disfrutar de maravillosas superproducciones como antaño no se veían.